Domestication and Foreignization in Translation: A Theoretical Exploration - Cover

Domesticación y extranjerización en la traducción: una exploración teórica

La traducción, como acto de comunicación entre lenguas y culturas, suele plantear cuestiones sobre la mejor manera de transmitir el significado de un contexto a otro. Entre los diversos enfoques de la traducción, domesticación y extranjerización Las dos estrategias más destacadas son la de la traducción. Estos conceptos, articulados por primera vez por el erudito alemán Friedrich Schleiermacher a principios del siglo XIX, se han convertido desde entonces en fundamentales para la teoría de la traducción. Ofrecen puntos de vista opuestos sobre cuánto del contexto cultural original debe conservarse o modificarse para adaptarse al público de destino. Este artículo explora las dos estrategias en profundidad, considerando sus fundamentos teóricos, aplicaciones prácticas e implicaciones para la traducción en un mundo globalizado.

Entender la domesticación: superar la brecha cultural

En esencia, domesticación Se refiere a una estrategia de traducción que busca hacer que un texto resulte familiar y cómodo para el público de destino. El enfoque se centra en adaptar el lenguaje, los modismos, las referencias y los elementos culturales del texto de origen para que se ajusten mejor a las normas culturales y lingüísticas del idioma de destino. En este enfoque, el objetivo es hacer que la traducción sea lo más natural y fluida posible, de modo que se lea como si hubiera sido escrita originalmente en el idioma de destino.

Un ejemplo común de domesticación se puede encontrar en la traducción de literatura o medios de comunicación. Si una novela escrita en inglés hace referencia a comidas, deportes o lugares populares de Estados Unidos, el traductor puede reemplazar esos elementos por sus contrapartes en francés o alemán. Esto se hace para garantizar que el público objetivo pueda conectarse fácilmente con el texto, sin distraerse con referencias culturales desconocidas. Mediante la domesticación, el traductor reduce el “carácter extranjero” del texto y lo hace más identificable.

Sin embargo, el proceso de domesticación no está exento de críticas. Si bien puede hacer que un texto sea más accesible, también puede provocar una pérdida de la riqueza y los matices culturales originales. Es posible que se oculten referencias culturales clave o el contexto histórico, lo que hace que la traducción parezca menos auténtica. Además, en algunos casos, la domesticación puede incluso dar lugar a una distorsión de la intención original del autor, ya que el traductor puede priorizar la comodidad de la audiencia por encima de la fidelidad al texto original.

Extranjerización: preservación de la alteridad

A diferencia de la domesticación, extranjerización La extranjerización es una estrategia de traducción que busca preservar la singularidad y el carácter extranjero del texto de origen. En lugar de adaptar el texto para hacerlo más familiar para la cultura de destino, la extranjerización intenta conservar los elementos culturales, lingüísticos y estilísticos originales del texto, incluso si esto hace que la traducción sea más difícil para el lector. El objetivo de la extranjerización es proporcionar al público de destino una idea de la cultura extranjera, ofreciendo una ventana al mundo del autor original y la sociedad en la que vivió.

En términos prácticos, la extranjerización puede implicar conservar los nombres de lugares, personas o prácticas culturales del texto original sin reemplazarlos por equivalentes locales. Por ejemplo, una traducción de una novela rusa puede dejar intactos los nombres y referencias en ruso, incluso si no son familiares para el público de destino. Además, la extranjerización puede implicar el uso de frases, modismos o expresiones no traducidas del idioma original, y el traductor puede proporcionar explicaciones o notas a pie de página para ayudar al lector a comprender el significado cultural detrás de ellas.

La ventaja de la extranjerización reside en su capacidad de transmitir la riqueza y complejidad de la cultura original. Permite a los lectores experimentar el texto tal como se pretendía, conservando la voz y la perspectiva del autor. Sin embargo, la extranjerización también puede alienar a los lectores que no están familiarizados con la cultura de origen. Los elementos extranjeros pueden resultar confusos o desagradables, haciendo que la traducción sea menos accesible para un público más amplio. Esto es particularmente cierto cuando el público destinatario no está muy familiarizado con el idioma o la cultura originales.

La ambivalencia de Schleiermacher: un marco teórico

La distinción entre domesticación y extranjerización fue introducida por primera vez por Friedrich Schleiermacher en su influyente ensayo “Sobre los diferentes métodos de traducción” (1813). En este ensayo, Schleiermacher sostuvo que había dos enfoques principales para la traducción: uno que acerca al lector a la cultura de origen (extranjerización) y otro que acerca el texto de origen a la propia cultura del lector (domesticación).

Schleiermacher reconoció que ambos enfoques tenían sus méritos y sus desafíos. Sugirió que la elección entre los dos debería depender del tipo de texto que se traduce y del público al que va dirigido. Por ejemplo, sostuvo que las traducciones literarias, especialmente de obras que contienen un contexto cultural e histórico significativo, podrían beneficiarse de la extranjerización, ya que esto preservaría el sabor único del texto original. Por otro lado, las traducciones de textos prácticos o técnicos podrían ser más adecuadas para la domesticación, donde la claridad y la accesibilidad son primordiales.

Una de las ideas clave de la teoría de Schleiermacher es que la traducción no es un acto neutral. Las decisiones del traductor sobre la domesticación y la extranjerización están condicionadas por sus propios valores, así como por el contexto cultural e ideológico en el que trabaja. Así, la traducción se convierte en una forma de negociación cultural, en la que el traductor debe navegar entre las exigencias del texto de origen y las expectativas del público de destino.

La influencia de la globalización en las estrategias de traducción

En la era moderna de la globalización, el debate entre domesticación y extranjerización ha cobrado aún más relevancia. A medida que el mundo se vuelve cada vez más interconectado, los traductores se enfrentan al desafío de equilibrar la preservación de la autenticidad cultural con la necesidad de comunicación a través de las fronteras. La globalización ha llevado a la difusión de medios populares, como películas, programas de televisión y videojuegos, en diferentes culturas, lo que a menudo requiere una adaptación para que el contenido sea atractivo para públicos diversos.

En este contexto, la domesticación se emplea con frecuencia en la traducción de medios. Por ejemplo, al subtitular o doblar películas, los traductores suelen adaptar los diálogos para reflejar el idioma local y las normas culturales. Los juegos de palabras, chistes o referencias culturales que pueden no tener sentido en el idioma de destino se suelen sustituir por otros que resultan familiares para el público de destino. Este enfoque ayuda a garantizar que el mensaje resuene en los espectadores y que la historia siga siendo interesante.

Sin embargo, la globalización también ha despertado un renovado interés por la extranjerización, en particular en las traducciones literarias y académicas. Con la creciente demanda de comprensión intercultural, muchos traductores optan por preservar la singularidad de la obra original, incluso si eso significa hacer que el texto sea más difícil para el lector. La extranjerización permite a los lectores interactuar con diferentes perspectivas culturales y ampliar su comprensión del mundo, lo que es particularmente importante en una sociedad cada vez más multicultural.

Lograr un equilibrio: integrar la domesticación y la extranjerización

Aunque la domesticación y la extranjerización suelen presentarse como estrategias opuestas, muchos traductores optan por combinar elementos de ambos enfoques en función de las necesidades específicas del texto. De hecho, un enfoque equilibrado puede ser la forma más eficaz de abordar las complejidades de la traducción. Por ejemplo, un traductor puede domesticar ciertos elementos del texto para garantizar la claridad y la legibilidad, al tiempo que conserva los elementos extranjeros que son esenciales para el mensaje original. Este enfoque le permite al traductor satisfacer las necesidades del público objetivo sin sacrificar la integridad del texto original.

Conclusión: el dilema del traductor

En definitiva, el debate entre domesticación y extranjerización no es un debate entre lo correcto y lo incorrecto, sino entre prioridades y objetivos diferentes. Los traductores deben considerar cuidadosamente la naturaleza del texto, las expectativas del público destinatario y su propia filosofía de traducción al tomar decisiones sobre qué estrategia emplear. Ya se trate de una inclinación por la domesticación para garantizar la accesibilidad o por la extranjerización para preservar la autenticidad cultural, cada enfoque refleja una perspectiva diferente sobre el papel de la traducción en la reducción de las brechas culturales. En un mundo cada vez más globalizado, tanto la domesticación como la extranjerización siguen siendo herramientas vitales para comprender y navegar por el complejo terreno de la comunicación intercultural.

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